miércoles, 17 de agosto de 2011

Memorias nocturnas parte IX


Luna llena (Mavi Spagnuolo)

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Desperté con él viéndome, el sonido del piano con una melodía hermosa, y la luna asomándose entre las cortinas. Tomé su mano y me puse de pie, aún no estaba segura de que todo fuese real, y mucho menos de que yo siguiese viva. Todo se sentía diferente, el aire incluso era distinto, y lo que sentía hacia Thomas era distinto también, no sabía que era, sólo sabía que debía estar junto a él.

Todo era nuevo, y no podía aguantar más sin investigar todo por mi cuenta, le expliqué a Thomas que debía ver todo yo misma, que me dejara disfrutarlo y el estuvo de acuerdo, con la condición de regresar antes del amanecer; la noche era mía, y estaba tan entusiasmada con mis nuevos sentidos que no recordé preguntarle si debía empezar con algo en especial, si habían reglas que debía seguir. Salí al jardín y era como si estuviese en un lugar totalmente diferente al lugar en el que había vivido hasta esa noche; la luna parecía tener vida propia, sus rayos la adornaban mientras parecían rodeaban en sutiles curvas, con un brillo que embellecía e iluminaba la noche, las plantas parecían querer hablar cuando el viento pasaba entre ellas, y el viento silbaba con especial gracia.

Caminaba mientras una sensación de ansiedad crecía dentro de mí. De pronto, frente a mí estaba una mujer… o al menos eso parecía ser, de largos cabellos negros, unos ojos negros muy abiertos y con algo inusual en ellos, usaba un vestido blanco de seda, con unos listones alrededor de su cabello, me miró y sonrió. Caminé hacia ella, con paso firme y con más preguntas que cualquier clase de miedo que pudiese sentir… si es que aún podía sentirlo.

-¿Quién eres? – pronuncié enseguida
- Me llamo Camille, bienvenida. Llegaste justo a tiempo, estaba esperando por ti, esta noche seré tu maestra. Pero no te preocupes, no soy muy estricta.- Y sonrió mostrando unos afilados colmillos entre sus labios.

Lo primero que hizo, fue rodearme con sus brazos y de alguna forma, y antes de que pronunciase siquiera lo que estaba pensando, aparecimos a las orillas de un bosque, unos tambores estaban sonando y al parecer una especie de tribu estaba celebrando algo, había una fogata y varios niños y hombres danzando alrededor de ella, algunas mujeres cantaban y otras preparaban una especie de altar.

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