(Pintura de Oskar Kokoschka, 1915)
Si me das un poco de ese licor, prometo no volver a pronunciar su nombre
Si me das un beso en la frente, prometo no volver a llorar
Si me tomas de la mano, prometo no correr
Y si me das un abrazo, prometo no recordar…
No es que no pueda, es que no quiero
No es que sin él no sea nada, es que solo con el he sido lo que fuí
Si el remedio a la nostalgia fuese un sol, con gusto moriría quemada
Un suspiro por un amor perdido, una sonrisa olvidada
Y una lágrima que no volverá
Su recuerdo es eso, la canción que me recuerda a su voz
El olor que me recuerda su presencia
Y el sentimiento que de vez en cuando me roba la alegría
Si las memorias fueran justas, la tuya no seguiría viva
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